19 agosto 2008

Tentación Baladí

De un tiempo a esta parte, sobretodo por considerarme ya algo vetusto, he concordado con mi sombra revisar ciertos aspectos de mi tan mentado comportamiento. No es que se trate de un severo caso de delirio común, ni menos -como si ya lo hubiese padecido- un arranque de mis "cabales" (si es que son míos, o fueron); muy por el contrario, este acto responde simplemente a un breve, pero certero, llamado a la cordura... llamado al cual "se hace la tonta", o no escuchó, o no le dije con suficiente ahinco, pero en definitiva se hizo y eso es lo que vale.

Debo eso sí anteponer a los hechos un acto voluntario, en el cual yo mismo y mi sombra correspondimos, y que equivale a la creación de un propio marco conceptual, vale decir, la nula utilización de espejos para la ocasión.

En este arranque, o soltura, o lo que muy bien denominó mi sombra como "viaje", encontramos un defecto, entre varios, muy peculiar, tanto en su forma como en su esencia... el ejercicio de introducir un dedo en el ombligo requiere un sin fin de compromisos, sin embargo en este sentido se me provoca con tal conmoción que no debo dejar detalle alguno fuera de aquí. Es que tanto palpar las cavidades horizontales de mis orillas umbilicales sugiere de inmediato actos reflejos como el de oler el utensilio... tal proeza, debo reconocer, la forjo con esmero, ya que tanto en su textura como en su hedor puedo comprender la maravilla que me consiente.

Ante esto no debo avergonzarme, pues mis sombra, tan lejos como puede, certifica cada acto con un ademán cómplice, delatando sólo algunos detalles de cómo vehementemente se acometió. Las horas, aquellas que pasan lento fuera de mi silencio, comprometen a la angustia en un sellado pacto de amistad. Mientras jalo en mi ombligo todas esas mugresillas que no quiero sacar, por miedo a dejarlo helado, a quitarle respaldo, mi sombra ríe sin poder contener su deseo de desparramarse antes que la noche deje opaca su fugaz humanidad.

Ínterin, tengo en mi dedo la responsabilidad de achacar contra el hálito de mi cintura las últimas costras de mugre, así las estrellas pasen y la luna padezca dulce sobre la avasallante oscuridad. Y de vez en cuando sudo, pero mi dedo protege hasta el último rincón sacro de la región umbilical; porque mi sombra, cuando la aún infante jornada arrecie, sabrá que no he despojado nuestro pacto, que no he ultrajado su honor, que no he cesado hasta cansar el abdomen, para cuando el día dibuje su trazo con el primer rayo de sol.

26 abril 2008

Tiempo sin espacio… y espacio sin tiempo

Es curioso,
a veces,

cuando la estructura desaparece

y se sume

en un zumo de cosas banas

lejanas

destos tiempos…


Forastero es el silencio
que guarda mis secretos,
sin paciencia,
tomando en su jarra
estrellas de tarde vieja…
serenidad y cavilación -coraje que escapa-
tienen mis piernas
henchidas de cansancio
que no fructificó;
dame sólo una razón
para guardar en el recodo
-en la grieta-
que completa mi alma,
tus ojos nuevos
tu velo que cae

lejos…

dame un instante,
para convertirlo en tiempo;
dame un tenue despertar,

para hacerlo espacio…


crees tú;


porque yo no…

03 febrero 2008

Aguasfrescas Santiagueñas

GENTE

Es interesante salir de una micro que estaba llena de Gente...
Es interesante a su vez esperar una micro en un paradero que
está lleno de Gente...
Pero más curioso aún es hacer cosas para la Gente.
A qué me refiero, me explico brevemente.

A más de alguno le ha sucedido en su vida que debe hacer algo;
y cuando ese algo implica Gente se vuelve inmediatamente en
un estigma inconsiente. Entonces uno dice:

-Oye, ponte esto aquí para que pase la gente

-Oye, y si le damos algo a la gente cuando venga

-Oye, y que va a decir la gente

-Oye, hay cualquier de gente

Y qué quiere decir eso de Gente.
Que son una categoría específica.
O que nosotros no somos Gente y los otros sí.
Que la Gente es masa y nosotros individuos.
O que la Gente es Gente y nosotros no Gente.

Es curioso porque Gente es tan impersonal que cuando nostros
bajamos de la micro llena de Gente junto a otra Gente, la Gente
de adentro de la micro dice: ufff! que bueno que se bajo la Gente...

05 enero 2008

Aguasfrescas Santiagueñas

"Doggy Style"

Y me miraron con cara de caliente los weones...

jaja...

linda la weá....

no po!- les dije yo altiro, que me andaban tergiversando por que yo
a su vez los andaba versando... sobretodo a una, en especial;
por eso es que rehusamos, desde que nos mostraron el camino, a vagar
por Sta Rosa, por que igual es su pique desde la Alameda hasta Matta.

El asunto al final es que al llegar a la Biblioteca Nacional nos dimos
cuenta que la linda tiene “horario de verano”; o sea,
que luego de las 1730 se manda su chapuzón,
y guatita al sol no más.

La culpa la tuve yo, porque mi pase se volvió “atemporal”, así no más…

Me quedé anacrónico en medio de una protesta y con un largo camino
por detrás, supongo.

Y a raíz de todo esto salió lo del “Doggy Style”, y que me miraron
con cara de qué paso, y yo les explique entonces que decía así po:


“Copi Copi, Elemento, Adjetivo, Mente En Blanco
Chaucha, Coliforme, Tepo Tepo, Yo No Fui
Fierro Malo, Palmerita, Neumatex y Cortachurro”

Por que la cuestión era la cantidad de nombres que habían pa los
perros del Mario Hugo, y me preguntaron – que por qué hablaba
tanta lesera, que de donde sacaba tema - y yo les dije – que era
porque pasando por 10 de Julio vi que decía Neumatex-
y ahí me acordé.

Y un poco más allá, casi llegando a Matta,

un letrero:

“se arrienda, pero no se vende” …

No se me ocurrió nada más, sólo entrar bien callado como
magnetizado por la curiosidad que mató al gato,
pero en este caso yo, malamente pretendí vengar al gato…

en un largo pasillo, cerca de 10 metros, quizás 15, se alzaban
en sus costados como callampas millones de ventanas pequeñas,
estilo “submarino”, algunas con cortinas rotas otras silenciosas,
sin vida ya, yaciendo cansadas sobre la muralla quemada…

al final, una conversación, de otro tiempo:

- veintitrés pesos, nada más

- sólo veintitrés, como los años que te conozco, mosco…

- así dicen, veintitrés, como los que llevo sabio.

- entonces, qué hacemos, tomamos algo por mientras; el calor es
mucho, la voluntad poca.

- ya po, dale que me canso.

- eso sí, trata de pararte un poco, no te quedes sentado todo el rato…

- ten paciencia, ya sale algo de esta boca

- bastante rota tu boca…

- fue por el beso que robaste, anoche…

- te lo robé sólo por que la última de esas ventanas bajó
su bandera, se rindieron tarde, pero bastante pronto
para morder tu boca, que ahora está rota.

- tanto tiempo, y tantas ganas de volver a ser tu sombra,
como antes…

- apaga la mecha y acuéstate acá, a mi lado, tenemos sólo este vaso,
toma tú primero...

- no, dale tú no más, de todas formas, cuando la última ventana
rinda su bandera, volverás sobre mi boca, rompiéndola dulcemente…


en el fondo un mural pintado en llamas,
ennegrecido por una mutante risotada de sol…

por delante, una micro, un calor,
un tótem que dice: tarjeta no válida: usted es "atemporal"…

jaja…

habrá que alegar de nuevo, volver a caminar por Santa Rosa, enumerarar uno a uno
los perritos de Mario Hugo, entrar por un pasillo…

y todo por un “Doggy Style”,
un hermoso y jocoso “Doggy Style”...
anacrónico "Doggy Style"